El hombre del tiempo

Parece que el hombre del tiempo ha vuelto a acertar, como siempre.

Ayer nos prometió que hoy iba a hacer un frío espantoso y más nos valía resguardarnos en nuestras casas, amparados por una cálida lumbre y disfrutando de un chocolate caliente ―que para algo estamos en invierno―. Cómo debe de disfrutar ese necio, creyéndose un dios con el poder de decidir si hoy la gente sale a la calle en manga corta, con chubasquero, o abrigado hasta los dientes. Sin embargo, algo de razón tendrá, porque cada vez que suelta una de sus predicciones nosotros le creemos sin dudarlo y nos vamos de casa con bufanda, gorro y orejeras, a pesar de que veamos por la ventana que se están achicharrando los cactus. “Ya empeorará”, es el mantra que repetimos, convencidos de que el omnipotente ser de la tele no nos fallará.

Aunque, igual que todo el mundo, lo hace.

Esto fue lo primero que escribí hace ya 6 años. Sé que habría que pulirlo bastante, pero me hace ilusión tenerlo por aquí guardado para que al menos no se pierda.