El teniente McKillney avanza sólo por la meseta. No le queda más remedio, después del accidente en el pantano de gelatina que acabó con Azabache. Pobre animal, tan fiel y bondadoso incluso en sus momentos finales. Fue el primero en darse cuenta de que se estaban hundiendo, y enseguida lanzó a McKillney disparado para alejarlo del peligro. Que en paz descanse. La única ruta para llegar al castillo de Bowser, quitando la del maldito pantano, pasa por el bosque de las Winx, dond

El siguiente texto es un ejercicio del taller de literatura. Tomando como referencia un texto del que sólo nos dieron el final, me encargué de completarlo intentarlo preservar el estilo del autor. La obra original es un extracto del libro Las columnas de Cyborg, de Julio Coll. Espero haber hecho mínimamente justicia a la obra original y a ver si descubres en qué momento comienza mi narración. Este es un relato cuya idea me gustó de primera intención. La escribí. Resultó deplo

Se me ha metido agua dentro de las gafas. A pesar de ello, sigo nadando. Nado lo más rápido que puedo durante unos segundos y paro de...

La cocina está a oscuras. La única luz de la sala proviene del microondas, que hace rotar pausadamente el tazón con la leche. Aprovecho...

Hora de reanudar la marcha. Marshall sube a mi lomo de un salto y saca su petaca del bolsillo izquierdo de su chaleco. Después de...

Al entrar en la biblioteca, el silencio inundó sus oídos. Comparado con el ajetreo del exterior, el ambiente tranquilo y sereno que...

El capitán ha mandado que disparemos los cañones de iones. El asteroide que orbitaba alrededor de Alfa Centauri C, el cual guardaba un...

El suave aroma del café proviene de la cocina. Me acerco a la ventana y corro la cortina. Ya es de día. Ha debido de amanecer hace un par...

―¡Tírate ya, pesado! La voz proviene de detrás. Al girarme, veo que el que me acaba de gritar eso es un chico de cara redonda, aunque con el esfuerzo del berrido y sus dientes salidos, parece más un jabalí que un niño. Detrás de él hay un chico bajito, flacucho y algo encorvado que decide seguirle el juego: ―¡Eso, que no tenemos todo el día! Dirige la mirada hacia mí, pero tengo la impresión de que en realidad ni siquiera me ve. Me recuerda a los ratones del laboratorio de ci

―Psst, ¡aquí! Llevaba días sin ver ni hablar con nadie, así que ese repentino reclamo me pilló de improviso. Tras los barrotes de ocres...

De nuevo, la misma estampa de todos los viernes. Jack está practicando escalas con el bajo con la soltura que lo caracteriza. Lo hace...

― Pues voy a tener que comprarme una aspiradora. ― ¿Y eso? ― Es que el otro día vendí la mía, porque solamente estaba cogiendo polvo. No...

― ¡Bro, te digo que es sencillísimo! ― Que sí, ni que fuese la primera vez que me hablas sobre ello… ― ¡Pero que está regalado! Con que...

― Bueno, pues supongo que este es el sitio, ¿no? ― Eso parece. Al menos, es donde está entrando todo el mundo. Oye, ahora que lo pienso,...

Nadie podía negar que Ricardo era una persona única en su especie. Bien fuese por su carácter indómito, que le permitía hacer prevalecer...